martes, 24 de septiembre de 2013

Día 7

Parece que el fantasma de la lluvia que los primeros días nos acompañó se aleja, hoy luce el sol, son las 7:30 de la mañana y el grupo se prepara para rodar de nuevo, nuestro hotel de hoy tiene un símbolo gigante en la recepción que ambienta idealmente.


Hoy es un día largo hoy es una etapa de avance, aunque tenemos muchas cosas para ver también, así que saliendo temprano y haciendo etapas largas vamos pasando las millas, la mañana es fresca y se agradece rodar sin calor.


Una de las primeras visitas hoy, ha sido el museo de automóviles de Santa Rosa, una colección de coches clásicos americanos digna de ver, con un decorado de ambientación muy característico de la ruta 66, faltaría mas estando situado en plena 66.



Toca tomarnos una bebida/café en el mismo pueblo, en otro característico diner
 de la 66, el Joseph´s, es media mañana y esta parada se agradece para reponer fuerzas.


Llegamos al Tucumcari Trading Post, aunque estaba cerrado, nos hemos sacado unas fotos por el exterior, lleno de simbología y para los que le gustan la fotografía, lleno también de buenas fotos.
Hace calor ahora, aprovechamos para beber agua fresca que llevamos en la nevera del vehículo de asistencia.



Llegamos al pueblo, allí comemos y vemos las esquinas y lugares curiosos que tiene, y por supuesto nos acercamos al Blue Swalow, y vamos sumando iconos a la larga lista.



Hoy hemos llegado a Texas, es el 5º estado que visitamos, vamos sumando casi sin darnos cuenta...


Y hoy hemos llegado al ecuador de la ruta 66, en Adrian tenemos este famoso cartel que lo recuerda...


Ya estamos muy cerca de nuestro destino hoy, pero antes paramos a ver el famoso Cadillac Ranch, una serie de Cadillacs enterrados y decorados que un millonario hizo como expresión artística y que se ha convertido en una parte mas de la ruta 66.


Ya nos hemos instalado en el hotel, y hoy cenamos en un lugar muy de Texas, nos vienen a recoger con unas limousinas con cuernos en el capot, vamos a comer a un templo de carne y devoción por la comida desmesurada, una exageración que no deja de llamar la atención, es peculiar y ha sido un buen lugar donde pasar la noche con un ambiente muy bueno.




2 comentarios:

  1. La envidia no mata,pero enloquece.
    Solo nos falta que luego nos contéis que tanteásteis la suerte en las Vegas y que salió bien.
    Pasarlo muy bien.Besssssos.
    Eduardo y Elena.

    ResponderEliminar
  2. !!! El conductor de la limousina con una mano y la otra en el movil !!!! Pa veros matao. jajajajajaja. Vais a necesitar dos cenas para contarnos esta aventura. Disfrutar lo que os queda Luis y Mª José.

    ResponderEliminar